El objetivo de este trabajo de investigación es aportar a la comprensión sobre la desigual distribución de oportunidades educativas y laborales entre los jóvenes de la Argentina contemporánea. Asimismo, se propone debatir acerca del rol que asumen las políticas sociales para jóvenes en cuanto a las posibilidades que tienen para operar sobre las brechas sociales existentes y promover genuinos mecanismos de inclusión social. Más específicamente, este trabajo se sitúa en un momento histórico concreto en el cual la Argentina se encontraba en una etapa de sostenido crecimiento económico y ampliación de la demanda laboral (año 2006). Este contexto resulta por demás adecuado para evaluar la capacidad (o las limitaciones) del sistema socioeconómico y político-institucional vigente para poder integrar a aquellos jóvenes marginalizados del mercado de trabajo. Dentro de este marco, la hipótesis central de esta tesis sostiene que las trayectorias laborales de los jóvenes se encuentran asociadas a factores estructurales que son propios de las características que asume el régimen social de acumulación de la Argentina, en donde opera de manera persistente una estructura socio-ocupacional segmentada que genera oportunidades diferenciales según posicionamientos sociales. A su vez, estas condiciones de heterogeneidad estructural tienden a la generación de una población excedente (respecto del sector más dinámico de la economía) para quienes el sistema socioeconómico y político institucional no brinda genuinas oportunidades de integración (Salvia et al, 2009 en prensa). De esta tesis más general se desprende un conjunto de hipótesis operativas que procuran demostrar, por distintos caminos y a través de diversas estrategias metodológicas, la tesis central. Una de las principales hipótesis operativas sostiene que las trayectorias laborales de los jóvenes (o los posibles destinos de los jóvenes en el mundo del trabajo) se encuentran fuertemente vinculadas a las condiciones sociales de procedencia y que, en menor medida, están asociadas con las credenciales educativas alcanzadas por los jóvenes. De este modo, se propone cuestionar la validez de las tesis que sostienen que la educación, por sí misma, opera como un mecanismo igualador de oportunidades y discute con los supuestos teóricos e ideológicos sobre los cuales se sustentan estas tesis. Dentro de este marco, se desarrolla una segunda hipótesis que sostiene que las políticas centradas en la educación y/o capacitación para jóvenes basadas en los supuestos del capital humano individualizan la problemática, ignorando/desestimando la importancia fundamental de los condicionamientos estructurales que afectan a la población joven sobre la que se proponen intervenir y, por ello, tienden a la reproducción de las desigualdades sociales. Según la tesis aquí planteada, las limitaciones que enfrentan los jóvenes poco tiene que ver con la “condición juvenil” o con las decisiones personales que se tomen para adquirir determinado nivel de educación o formación y, en cambio, mucho más se relacionan con las propias condiciones de heterogeneidad estructural, marginalidad económica y desigualdad social bajo las cuales se reproduce el sistema social en su conjunto.