Nuestro proyecto parte de la experiencia educativa obtenida en las prácticas pre-profesionales realizadas en una escuela de educación especial, está dirigido a estudiantes con discapacidad intelectual leve y moderada. Se basa en diseñar, aplicar y evaluar un Plan Conductual Positivista, en el que se desarrollan fases, estrategias y recursos para modificar y/o compensar la conducta de los estudiantes, haciendo énfasis en el ambiente poco enriquecido y déficits en sus sistemas de comunicación, más que en el diagnóstico de discapacidad intelectual. Proponemos este plan como medio para mejorar el proceso educativo y sus relaciones interpersonales con los demás participantes del entorno colectivo y su cotidianidad, para favorecer a su desarrollo integral y su proceso de participación activa en los diferentes ámbitos en los que se desarrollan. Esta planificación se orientó a través del estudio de caso como técnica directriz para su desarrollo, nos permitió contrastar la parte teórica con las experiencias producto de las prácticas, además de conocer y aplicar sus distintas etapas, se analizó teóricamente las conceptualizaciones transcendentes sobre el Plan Conductual Positivo, la aplicación de sus fases y su evaluación, a través de instrumentos de recogida y análisis de información. Casi la totalidad de instituciones de educación especial, tiene como propósito principal lograr la inserción laboral de este grupo de personas vulneradas constantemente, para incentivar y tratar de garantizar su autonomía e independencia económica y personal. Partiendo de esta reflexión resulta importante destacar que, nuestra experiencia de aprendizaje no trata de condicionar mecánica y directamente a los estudiantes, sino, enriquecer sus ambientes de aprendizaje con diversos recursos (virtuales y tangibles) y brindar las posibilidades más próximas y eficaces para potencializar su comunicación con los participantes de sus diferentes entornos, mediante estrategias inclusivas sugerimos disminuir las conductas desafiantes de los estudiantes para incrementar los resultados de éxito en sus procesos de inserción en su vida cotidiana. Refiriéndonos a la discapacidad como una construcción social que lleva consigo innumerables estereotipos, consideramos importante que las personas con Necesidades Educativas Especiales específicas (discapacidad intelectual), cuenten con las herramientas apropiadas que les permitan participar comúnmente en diferentes espacios, mejorando sus habilidades sociales y disminuyendo conductas desafiantes y disruptivas, las cuales son un impedimento evidente y común en muchos casos. De esta forma también nos apegamos a la idea de un sistema educativo distinto, que no priorice los resultados de aprendizaje únicamente, sino también los procesos y esfuerzos que conllevan a estos resultados, la flexibilización de una enseñanza y valoración personalizada y por supuesto la construcción de aprendizajes significativos de forma bidireccional.