La pregunta que recorre esta ponencia es la siguiente: ¿En qué medida el pensamiento de Simondon al contraponer humanismo y cibernética, cultura y técnica, ha contribuido con la elaboración de un pensamiento post-humanista atravesado por la desustancializacion onto-antropológica de nuestro tiempo? En la filosofía de Gilbert Simondon (1924-1989), el modelo de las humanidades implica un conjunto heterogéneo de disciplinas, reflexiones epistemológicas y decisiones metodológicas que, a lo largo de la historia, operan tanto como estrategia de formación cultural y como saber antropológico. El modelo cibernético, surgido a mediados del siglo XX, es aquel por el que el hombre intenta transferir a las máquinas muchas de las capacidades que se creían exclusivamente humanas (conciencia, percepción, memoria, acción) y que, según Gilbert Simondon (1924-1989), conlleva la necesidad de reelaborar la bases del humanismo y de reconsiderar la noción y lugar de la técnica y la tecnología en la cultura contemporánea. Para ahondar en la comprensión de la tensión entre el modelo humanista y el cibernético, se distinguen tres tipos de argumentaciones principales en la obra de Simondon: a) histórico-filosófica; b) teórico-axiomática y c) educativa. En la argumentación histórico-filosófica, se expone la importancia que tiene la Ilustración en la ruptura entre el modelo humanista y la conceptualización moderna de la técnica. Además, se parte de la constatación de que la filosofía de los siglos XIX y XX ha percibido la evolución de la tecnología como una situación ajena y contraria a la vida humana, generando graves dificultades para la comprensión del lugar de la técnica en la civilización contemporánea. En respuesta a esta situación histórica, se presenta la compleja reflexión interdisciplinaria que efectúa Simondon para eludir los prejuicios humanistas que dificultan la comprensión antropológica de la cibernética y de la técnica. En la argumentación teórico-axiomática, se presenta la postura de Simondon sobre una axiomática para las ciencias humanas que allana el camino para las tesis posthumanistas pero que, a su vez, requiere criterios modernos que recuperen la reflexión ética, la libertad y los fines humanos. En la argumentación educativa, Simondon concibe la formación del hombre como un proceso que favorece el alcance de la dimensión transindividual del hombre en sus diversas expresiones (afectivo-emotiva, técnica, espiritual) y que, además, es capaz de crear las condiciones para devenir uno mismo, (singular y diferente) y, al mismo tiempo, poseer un vínculo con los otros desde la afirmación de los diversos modos de vida. La formación educativa se concibe, entonces, como la creación de un entorno en el que tienen lugar los diferentes modos de existencia, las diversas formas de desenvolvimiento de la singularidad del hombre. Finalmente, se presenta la respuesta de Simondon a la pregunta inicialmente formulada como la convergencia, por el lado del modelo cibernético, de principios axiomáticos explicativos del devenir del hombre desde paradigmas epistemológicos contemporáneos, y, por el lado del modelo humanista, de la creación de conceptos, valores y normas que ofrecen un contexto de interpretación para los conflictos axiológicos y ético-político derivados de la oposición entre humanismo y cibernética.