La formación para el quehacer científico es “entendida como un proceso que implica […] el acceso a los conocimientos, el desarrollo de habilidades, hábitos y actitudes, y la internalización de valores, que demanda la realización de la práctica denominada investigación” (Moreno Bayardo, 2003a, pág. 65), es decir, la preparación para la innovación en un determinado campo disciplinar. Esta formación es necesaria para la actividad científica, puesto que, la generación de conocimiento es característica esencial de la ciencia (Samaja, 2010). Dicha situación, resulta controversial en la Documentología, la que, como parte del currículo de la Licenciatura en Criminalística de la UNNE, es descripta como ciencia, pero el plan de estudios prioriza la formación técnica sobre la científica (Bruquetas Correa, 2019). De allí, surge la necesidad de revisar la formación de tal actividad en el ámbito de la Documentología. Para este trabajo en específico, se hace foco en las habilidades para la investigación (Mancovsky & Moreno Bayardo, 2015; Moreno Bayardo, 2003b), y desde este marco referencial cuestionar: ¿cuánto puede acercarse al perfil del investigador una formación que prioriza la actividad profesional? Y ¿cómo se forma el estudiante en términos de las habilidades para la investigación? De lo anteriormente enunciado, se plantea como objetivo reconocer, desde la perspectiva del estudiante formado en Documentología, algunas de las destrezas que hacen a la investigación científico-técnica en ese campo. Para responder al objetivo, se propuso una metodología fundada en análisis de las infografías presentadas por los estudiantes de la asignatura Criminalística Documentológica III en el año 2018. Estas producciones, versaron en el análisis de un caso documentológico a elección, el que luego se expuso en una jornada de socialización realizada al efecto. Consecuentemente, se realizaron entrevistas en profundidad a algunos autores de estas infografías, invitándolos a reflexionar respecto a la producción y diversos aspectos del quehacer disciplinar. Se seleccionaron estudiantes que culminaron su formación en Documentología, con buen desempeño académico e interés por el área. De las entrevistas y el análisis de las infografías surge que los estudiantes están formados en habilidades perceptivas, instrumentales y de pensamiento. El caso documentológico les demandó la elección de una temática considerada controversial, la búsqueda de referentes empíricos, la selección de muestras representativas y el empleo de técnicas adquiridas en la formación para el análisis del material. De las habilidades descriptas, las instrumentales son principalmente exaltadas, ello tiene sentido puesto que se vinculan directamente a la actividad profesional. Sin embargo, analizando cada infografía de forma individual, se advierten, al menos tres niveles de complejidad en las producciones. El primero refiere a grupos que circunscriben el caso a un análisis instrumental, el segundo a trabajos que plantean problematizaciones y conclusiones que suponen una ampliación de la base empírica de la disciplina; y el tercero a aquellos que buscan analizar los alcances y aplicaciones de una teoría a un campo novedoso. En el penúltimo nivel existe una aproximación a habilidades de construcción conceptual, mientras que el último intenta acercarse a habilidades de construcción metodológica.