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Formar para Investigar en Biología
Miriam Liset Flores - Instituto de investigaciones en Educación. Facultad de Humanidades. Universidad Nacional del Nordeste.
Aníbal Roque Bar - Instituto de investigaciones en Educación. Facultad de Humanidades. Universidad Nacional del Nordeste.
1º Congreso Internacional de Ciencias Humanas - Humanidades entre pasado y futuro. Escuela de Humanidades, Universidad Nacional de San Martín, Gral. San Martín, 2019.
  ARK: https://n2t.net/ark:/13683/eRUe/dsZ
Resumen
En el presente trabajo, partimos del supuesto de que si la formación de posgrado en investigación se sustancia en diferentes territorios (Flores y Bar, 2017), del mismo modo, lo propio acontecería en la formación inicial. Así, nos proponemos como objetivo, identificar las tareas propuestas por los docentes-investigadores, tanto explícitas como tácitas, para instalar las prácticas de investigación en la formación de grado en Biología. Metodológicamente asumimos el estudio de casos. En este sentido, los seleccionados para el presente estudio fueron dos equipos de cátedra de la carrera de Ciencias Biológicas, pertenecientes a dos subdisciplinas: Artrópodos y Paleontología, las cuales han sido escogidas en función de que realizan docencia e investigación, tienen proyectos acreditados por organismos científicos en los últimos diez años, evidencian producción académica en los últimos cinco años, y forman cuadros de investigadores. Para la recolección de la información, se realizaron entrevistas en profundidad a los profesores a cargo de las asignaturas, y observaciones de clases. En función de los análisis obtenidos, definimos tres territorios de la formación para la investigación disciplinar inicial en Biología, expresados de modo diferenciado. El aula clase es un territorio donde el docente comunica el objeto de manera idealizada, narrada y discursiva ante los estudiantes. Dicho modo de acercamiento, comporta dos instancias, por un lado, presenta al objeto dotado de estatus conceptual y taxonómico en términos abstractos, y por otro, lo inserta de manera contextual en su ambiente natural. Así, dicho espacio se constituye en un primer acercamiento al objeto, aspecto que se afianzará y sustanciará en los siguientes territorios. En el aula laboratorio, la presentación del objeto se reconfigura, desde una instancia inicialmente discursiva y simbólica, a un modo concreto y sin referencia al contexto, ya que se expresa con límites claramente definidos, y de modo aislado. Así, el sujeto somete a su objeto dotándolo de sentido a través de las nociones conceptuales y taxonómicas aprendidas en el aula clase. En el aula campo, el objeto es presentado de modo concreto, pero a diferencia del laboratorio, es contextualizado en su ambiente natural y real. De este modo, los sujetos se encuentran a merced de los objetos, ya que este espacio impone sus propias limitaciones. Así, las tareas propuestas por los docentes, se dirigen al entrenamiento de la habilidad observacional, lo cual demanda poner en juego el bagaje construido a lo largo de su formación. En función de lo expuesto, identificamos a la cátedra como un supraterritorio que nuclea y contiene a los antes descriptos, debido a que pone en marcha una serie de dispositivos en pos de definir los modos de concebir sus objetos de estudio, los enfoques y procedimientos específicos de su campo de conocimiento, los cuales deberán ser necesariamente aprehendidos por los estudiantes para desempeñarse en el ámbito de la investigación.
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