En este artículo nos proponemos escribir acerca del espacio que ocupamos las familias en la propuesta escolar. En nuestra escuela (una secundaria con especialización en música) nos encontramos, en un  mismo territorio, distintos agentes educativos: docentes, directivos y auxiliares; adolescentes;  alumnos adultos que asisten en turno nocturno; familias; otro personal escolar (psicopedagogas/os, personal administrativo, personal técnico). De todas maneras, y aunque todos nosotros seamos parte de la situación escolar, el encuentro entre todos nosotros se produce de algunas maneras específicas, en tiempos y lugares particulares, y sujetos a ciertas pautas que enmarcan ese intercambio.  En este escrito vamos a reflexionar sobre la escuela como miembros de la Asociación Cooperadora. Dicha Asociación facilita la participación de las familias en la escuela para contribuir al desarrollo de la propuesta pedagógica.  Presentaremos algunos testimonios, algunas reflexiones y por último los puntos que creemos que están detrás y sosteniendo la propuesta organizativa que estamos llevando adelante.