Consideramos que los estudios queer suelen ser tomados como un fin en sí mismo y no como un medio para otra cosa. Es decir, son recibidos como un eje temático, que se inserta en espacios académicos fuertemente jerarquizados y normativos, en lugar de ofrecer una particular manera de intervención activa para mejorar las condiciones de existencia de las personas a las que ellos se refieren, personas que por lo general no acceden a la universidad. Un proyecto intelectual, político y ético debe ser capaz de señalar una serie de límites, y también de superarlos. Por tanto, apuntamos a cuestionar las prácticas vigentes mediante las cuales se encaran los estudios queer en la actualidad y aportar herramientas para hacer presente la diversidad sexo-genérica en distintas instancias de la práctica educativa.