La formulación de un problema de investigación científica exige una integración coherente entre los fundamentos epistemológicos, ontológicos, axiológicos y metodológicos que orientan todo el proceso investigativo. La epistemología establece qué se puede conocer y cómo, condicionando la formulación de preguntas y los métodos utilizados. La ontología delimita la naturaleza de la realidad que se estudia, determinando si esta se concibe como objetiva o construida intersubjetivamente, lo que repercute directamente en las estrategias metodológicas adoptadas. Por su parte, la axiología introduce el papel de los valores, no solo en términos éticos, sino también en la elección de temas y en la evaluación de su relevancia social. El fundamento metodológico define los procedimientos de investigación, los cuales deben guardar coherencia con los marcos epistemológicos y ontológicos asumidos. Estos cuatro pilares se articulan dentro de paradigmas específicos, como el positivismo, el constructivismo o el realismo crítico, que integran de forma sistemática estas dimensiones. Una formulación rigurosa del problema requiere, además, una actitud reflexiva del investigador, consciente de sus propios supuestos y del impacto ético y social de su trabajo. [Material académico elaborado por el Sociólogo Enver Vega Figueroa, para el Curso Internacional: Bases Metodológicas para el Diseño y Formulación de la Pregunta de Investigación, organizado por el Departamento de Investigación y Asistencia Técnica de la Universidad Central-UNICEN (Bolivia)].