Este trabajo examina la implementación del concepto de competencia en los programas educativos de Argentina y América Latina durante la década de 1990. Durante este período, hubo un cambio significativo en la orientación educativa, impulsado en gran medida por las reformas estructurales y las tendencias globales en la educación. En Argentina y varios países latinoamericanos, la adopción de este enfoque se centró en la preparación de los estudiantes para enfrentar los desafíos del mundo laboral y social, más allá de la simple acumulación de conocimientos. Las competencias se definieron como conjuntos de habilidades, conocimientos y actitudes que permitirían a los individuos enfrentar situaciones del mundo real. El objetivo era promover una educación más relevante y orientada al contexto, con un enfoque en habilidades prácticas. Sin embargo, esto generó debates sobre la posible superficialidad de los contenidos y la falta de énfasis en la formación integral. Además, la implementación de este concepto enfrentó desafíos en términos de formación docente y evaluación efectiva de las competencias. Aunque en el fondo buscaba una educación más relevante y orientada al mundo real, el programa también disparó interrogantes sobre la profundidad de la formación y la preparación de los estudiantes para un contexto cambiante.