La prosa narrativa histórica surge en Castilla, de manera sistemática y masiva, a mediados del siglo XIII y como parte del proyecto político cultural alfonsí. No puede decirse lo mismo de la prosa narrativa en lengua portuguesa, que apenas comienza a cobrar forma durante el reinado de Don Denis para luego materializarse como tal en el siglo XIV (aunque con lineamientos ideológicos completamente diferentes a los del proyecto alfonsí) bajo la dirección de su hijo bastardo, el Conde Pedro de Barcelos (Livro das Linhagens, Crónica de 1344). A pesar de los deseos de emular a su abuelo, Alfonso X (recuérdese la perdida traducción al portugués de la Crónica do Mouro Rasis), Don Denis y los hechos acaecidos durante su reinado deberán esperar a ser retratados en crónicas posteriores como la Crónica de 1419 de Fernão Lopes, la Crónica del Rey D Dinis, basada en la primera y compilada por Ruy da Pina durante el reinado de Manuel I y la de Duarte Nunes de Leão en el siglo XIV, entre otras. Consecuentemente, los testimonios contemporáneos a las tensiones políticas entre Don Denis y su hijo el Infante Don Alfonso en las luchas fratricidas por el trono se encuentran conservados únicamente en los tres Manifiestos que Don Denis mandó a escribir entre 1320 y 1321. El silencio de los textos cronísticos y poéticos (las cantigas de escarnio y maldecir, que tanto revelan durante el reinado de Alfonso X, tampoco hacen eco de la situación) se transforma en los Manifiestos en la denuncia apasionada del monarca portugués. La comunicación indagará entonces, en el peculiar modo en que el discurso historiográfico se encuentra enmascarado en estos textos, enmarcándolo dentro de los procesos de contienda entre prácticas discursivas y de consolidación de la escritura en prosa durante los siglos XIII y XIV en la Península Ibérica.