En los entornos de complejidad en los que vivimos, basados en el nivel de transacciones comerciales, mercados globalizados y sobre todo en un protagonismo del cliente a la hora de decidir, resulta necesario buscar estrategias generadoras de valor que permitan no sólo a las organizaciones, sino también a los mercados generar una ventaja competitiva. Cuando se analizan las actividades de valor de una organización y más específicamente el canal de marketing de un producto o servicio, es decir la manera que un éste llega al consumidor final, es preciso generar estrategias que permitan crear valor dentro de ese canal. En la actualidad se debe pensar en espacios y estructuras que sumen fuerzas para lograr los objetivos del mercado y sobre todo generar valor para los clientes cada vez más exigentes. Las organizaciones logísticas deben dar respuesta al mercado en múltiples necesidades y momentos, pero a su vez con los menores costos. De allí que una de las maneras de alcanzar este objetivo es a través de un trabajo colaborativo, cooperando entre las organizaciones logísticas. Esta colaboración se basa en compartir operaciones, recursos y servicios entre los distintos actores de la cadena de suministro, sean éstas competidoras o no. Esta forma de generar valor no solo permitiría la satisfacción de las necesidades del consumidor en tiempo y forma, sino que aportaría al desarrollo de las economías regionales, logrando la comercialización de los productos locales en los distintos mercados. Es oportuno destacar que esta colaboración evita que exista una concentración de la actividad en unos pocos actores, generando una distribución más equitativa del mercado.