En el curso del decenio de los ochenta, en las grandes metrópolis de las democracias capitalistas, se manifestaron fenómenos de pobreza, caracterizados principalmente por su exclusión geográfica (el lugar de vida) y de exclusión social (familias e individuos aislados sin un vínculo permanente con el mercado de trabajo). Este fenómeno de segregación socio-espacial fue analizado por los sociólogos estadounidenses a partir de la noción de underclass y ellos fueron también los primeros en tratar de explicar las fuentes de esta nueva fragmentación social y sus consecuencias posibles para la sobrevivencia de una sociedad democrática en tanto espacio integrado en donde los miembros comparten una normatividad común.