Leer y escribir resultan herramientas imprescindibles para aprender contenidos disciplinares. Indagar cómo se enseñan y se aprenden las prácticas de lectura y escritura en diversos contextos implica, entonces, explorar los escenarios didácticos planteados para aprender en las asignaturas. En los últimos tiempos, se han incrementado considerablemente las investigaciones que abordan estas temáticas en los diversos niveles educativos. Sin embargo, aún son escasos los estudios desarrollados en instituciones a las que asisten alumnos de sectores socioeconómicos desfavorecidos. El presente trabajo pretende ser un aporte en tal sentido. Se enmarca en una tesis doctoral que se propone identificar y caracterizar las prácticas letradas que se realizan en Ciencias Sociales en una escuela media que recibe este tipo de población. A lo largo de siete meses de investigación, presenciamos 38 clases (58 horas reloj) en tres asignaturas de un quinto año del nivel secundario. Entrevistamos a esos docentes y a los catorce alumnos que componen el curso. Además, recolectamos documentos áulicos e institucionales. En esta ponencia se examinan las particularidades que adoptan dos de las prácticas indagadas: trabajos prácticos y evaluaciones escritas. En los trabajos prácticos para realizar fuera del horario escolar se pidió el análisis de materiales que no habían sido trabajados en clase. Al enfrentarse con contenidos disciplinares que desconocían, los alumnos respondieron las consignas reproduciendo fragmentos de los textos. Encontraron dificultades para comprender su sentido global. En los exámenes escritos, a pesar que conocían de antemano las preguntas que podrían aparecer, sólo aprobaron tres estudiantes. En las entrevistas, la docente atribuyó estos resultados a la falta de costumbre para estudiar y algunos alumnos confirmaron que estudiaron poco o se olvidaron de hacerlo. Durante el período de observación de clases, las prácticas de lectura y escritura que se demandaron en estas actividades fueron ejercitadas en pocas o nulas ocasiones. Exigir leer y escribir en las materias sin enseñar cómo hacerlo en cada una de ellas sólo logra que las dificultades de los alumnos persistan. Sostenemos que para favorecer la apropiación de contenidos es necesario que los docentes propongan aprenderlos en situaciones donde se lea y se escriba en su materia y en las que estén presentes para acompañar y orientar el proceso.