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La ira y sus especies en el comentario de Cayetano a S. Th. I-II, q. 46, a. 8
NICOLAS LAZARO.
IV Jornadas de Filosofía Medieval ?Francis P. Kennedy?. Coloquio Argentino 2020 de la Red Latinoamericana de Filosofía Medieval. Universidad Nacional de Mar del Plata, Mar del Plata, 2020.
  ARK: https://n2t.net/ark:/13683/p2rn/3EW
Resumen
Esta ponencia se propone como una comunicación del estudio más general que venimos realizando sobre los comentarios de Tomás de Vio a la Summa Theologiae de Tomás de Aquino. En esta ocasión quisiéramos detenernos en la glosa del Cardenal a S. Th. I-II, q. 46, a. 8.En todo el tratado de las pasiones (S. Th. I-II, qq. 22-48), Santo Tomás analiza los actos humanos secundarios, o por participación, comunes a hombres y animales. Del breve comentario que hemos referido, nos ha llamado la atención el siguiente pasaje en que el Príncipe de los Comentadores parece distanciarse del Aquinate: «Propter quod, no video nisi accidentales differentias, licet non totaliter accidentales, ut album et nigrum ad animal». Habiendo escrito antes: «In octavo, in responsione ad primum, adverte quod Auctor non aperit intentionem suam, an putaverit has irae species esse veras species». Abunda todavía más: «Et posset forte dici quod non sunt verae species ex parte obiecti, secundum quod cuius per se differentias passionum differentiae sumuntur: quamvis ex parte subiecti, specifici distinguantur». Todo esto, en posible referencia a lo escrito por Tomás de Aquino en el comienzo del artículo octavo, dando continuidad al planteo de la cuestión: «Videtur quod Damascenus inconvenienter assignet tres species irae: scilicet fel, maniam et furorem. Nullius enim generis species diversificetur secundum aliquod accidens. Sed ista tria diversificantur sencundum aliquod accidens». Todo esto, claro está, lo hemos extraído de su comentario a S. Th. I-II, q. 46, a. 1.Pues, en efecto, el Angélico reconoce (ya en el respondeo, ya en su respuesta ad primum) que «tres species irae quas Damascenus ponit, et etiam Gregorius Nyssenus, summuntur secundum eas quae dant irae aliquod augmentum. Quod quidem contingit tripliciter [...]». Con esta presentación no pretendemos ahondar en la doctrina del Doctor Común, sino dedicarnos al comentario de Cayetano, tratando de esclarecer su propia concepción de la ira en cuanto emoción, y la de sus especies. Para ello, no resultará suficiente ‒desde luego‒ atenernos solamente al señalado comentario, sino que deberemos recurrir a otros pasajes de su glosa a la cuestión 46. Y esto resulta fundamental, pues el de Gaeta inaugura su comentario al artículo octavo refiriéndose a la distinción obrada en el séptimo: «Omisso septimo articulo: - in quo diligenter notabis, et memoriae mandabis distinctionem irae ex imaginatione et ratione; et advertes quod, cum scientificus sermo de ira es, intelligitur de ira ex ratione nuntiante».A fin de dar cumplimiento a los objetivos propuestos, procederemos a estructurar nuestro escrito del siguiente modo. En primer lugar, pondremos una breve introducción en la que repasaremos el lugar de la ira en las pasiones del alma. Luego, nos dedicaremos a realizar un acotado análisis de la estructura misma de la cuestión dedicada a la ira: de todos aquellos artículos que anteceden y suceden al que nos interesa, deteniéndonos especialmente en el séptimo. El tercer lugar, punto central de esta intervención, estará destinado al breve comentario que el Cardenal realiza con respecto a las especies de la ira, distanciándose (aparentemente) de lo expuesto por Santo Tomás. A modo de cierre, ofreceremos nuestras reflexiones finales relacionadas con la diferencia que pueda encerrar el modo de no concebir la cólera (fel), la manía (mania), y furor (furor).
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