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Música para un nuevo orden. La actividad musical como espacio de reformas en la sociabilidad pública de Buenos Aires (1848-1857)
Nicolás Ojeda.
XIII Jornadas de Historia Moderna y Contemporánea. Universidad Nacional del Nordeste, Resistencia, Chaco, 2025.
  ARK: https://n2t.net/ark:/13683/p21z/5WQ
Resumen
Entre 1848 y 1857, la actividad musical en Buenos Aires atravesó un proceso de reactivación y apertura pública, consolidándose como una práctica socialmente significativa. Empresarios teatrales, compañías líricas, sociedades musicales, comerciantes y publicistas dinamizaron la vida artística y contribuyeron al desarrollo de nuevas formas de sociabilidad que reconfiguraron los modos de encuentro, interacción y expresión colectiva en la ciudad. Teatros, salones y espacios recreativos devinieron escenarios clave de esta renovación, en un momento en que la música comenzó a adquirir una presencia visible en la vida pública y a intervenir activamente en su transformación. Desde el ocaso de la Federación rosista y con el avance del nuevo orden liberal, las huellas de esta actividad revelan un campo en expansión, atravesado por proyectos artísticos, ideales políticos y prescripciones morales, que participó de los esfuerzos por reformar la vida social urbana conforme a los principios de una nueva civilidad. Esta ponencia se propone reconstruir y analizar los circuitos, agentes, prácticas y representaciones que impulsaron ese proceso, y que establecieron a la música como una vía activa de transformación de la sociabilidad pública. El recorte parte de la reactivación del circuito lírico con la llegada de nuevas compañías (1848) y la conformación de sociedades musicales (1852), iniciativas que promovieron nuevos entretenimientos, vínculos sociales y usos simbólicos de la música, como así también una nueva gramática del espacio público. Los espectáculos líricos animaron lo que algunos publicistas caracterizaron como una “inercia pública”, mientras que las asociaciones musicales proyectaron en la música un instrumento para estrechar lazos entre las élites y aunar identidades tras décadas de conflictos facciosos. El período se extiende hasta 1857, año en que concluyeron los proyectos de un nuevo teatro, suntuoso y moderno, el Colón, en respuesta a una afición ya consolidada y a las exigencias normativas de la prensa republicana respecto del gusto, el orden y el comportamiento. En ese entramado, la incipiente crítica musical –frecuentemente articulada en las secciones de costumbres– funcionó como espacio de evaluación y prescripción de las formas legítimas de asistencia, escucha y comportamiento en los nuevos escenarios públicos. Cabe señalar que, a lo largo del período, la regulación sobre las recreaciones públicas experimentó un desplazamiento significativo, particularmente en torno a la música lírica – presente de distintos modos en los espacios recreativos–. Bajo la Federación rosista, la mirada policial y las críticas más severas se dirigieron a empresarios y artistas. Paralelamente, los primeros núcleos de aficionados ensayaron apropiaciones más distendidas del repertorio lírico en distintos espacios urbanos, con una clara carga política. A partir de 1852, en cambio, el foco de la regulación oficial y de la crítica pública se trasladó hacia los comportamientos del público: se buscó normar las formas de asistencia, escucha y circulación social en nombre del decoro, la atención y la civilidad. En ambos momentos, sin embargo, se evidenciaron usos diferenciados – y politizados– de la música europea: primero como herramienta de homenaje a la causa federal; luego como dispositivo orientado a moldear las formas de conducta ciudadana y promover una sensibilidad pública acorde con los ideales del nuevo orden. Más allá de los contrastes, estas transformaciones permiten observar cómo la música comenzó a intervenir en la conformación de nuevas manifestaciones en la vida urbana y a desempeñar un papel visible en la configuración de un espacio público moderno. Desde esta perspectiva, la ponencia propone una primera aproximación al estudio de la actividad musical del período, basada en la sistematización de nuevas huellas documentales y su cruce con un aparato crítico e historiográfico. El objetivo es reconstruir los modos en que la música intervino en la reforma del comportamiento público y delinear una cronología centrada en las transformaciones del vínculo entre música y sociabilidad entre el ocaso del régimen rosista y los inicios del orden liberal. Al considerar a la música como vehículo de sociabilidad y modernidad urbanas, el trabajo se distancia de las lecturas que subordinan su desarrollo a los cambios políticos, para restituir su papel en los procesos de transformación sociocultural desde una perspectiva fundado en la historia cultural, la sociología de la cultura y la sociología de la música.
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