La producción de redes de cuidado en diversos planos y actores de la escena y de la política pública constituye un polo creativo central acontecido durante el tiempo de pandemia surgido a partir del virus del COVID-19 y de las medidas de aislamiento implementadas como protección por parte de la política estatal. El retrato social, económico político y sanitario del virus puso en evidencia la profunda inequidad y desigualdad económica social existente previa a la pandemia. Se sintetiza en el presente trabajo llevado a cabo desde el Grupo de Estudio e Investigación en Salud mental y Derechos Humanos (IIGG, UBA) una de las exploraciones realizada a partir de un análisis cualitativo de las acciones e intervenciones en materia salud mental llevadas adelante tanto por trabajadores del campo como por usaries y redes de diversos colectivos y organizaciones de mujeres. El análisis de las mismas ha considerado tanto los lineamientos diseñados por la política estatal como las iniciativas de diversos grupos o equipos que han ido desarrollando estrategias que fueron ensamblándose a partir de la transversalidad de prácticas de cuidado apuntando a garantizar y recuperar derechos vulnerados.