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Capítulo 21: Agencia y Materialidad de los Paisajes Funerarios en la Antigüedad
Rodrigo Cabrera y Leila Salem.
En Libro de Actas del XX Congreso Nacional de Arqueología Argentina: 50 años de arqueologías. Córdoba (Argentina): Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba / Instituto de Antropología de Córdoba, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.
  ARK: https://n2t.net/ark:/13683/pg7z/Zo7
Resumen
El estudio de las sociedades antiguas ha sido emprendido a partir de los lineamientos de diferentes disciplinas nacidas a mediados del siglo XIX a la par del imperialismo europeo cuyo resultado fue, entre muchos otros, la expoliación y el despojo de gran parte del acervo histórico y cultural de los pueblos colonizados. En este marco, primó un enfoque occidentalizante y un abordaje eurocéntrico de las temáticas del pasado. Además, en el contexto de ?descubrimiento? de dicho mundo, se procedió a engrosar los diversos museos con objetos considerados ?exóticos? por la lente colonizadora del momento y la construcción de una mirada sobre ese ?otro? oriental, asiático, africano y/o americano que se presentaba ?misterioso? y ?extraño? (Said 1978; Krotz 1994; Pratt 2011). Esto trajo aparejado el desarrollo de una Arqueología que se basó en la búsqueda de grandes tesoros, la cual fue transformando su paradigma y repensando sus propias visiones teóricas y prácticas sobre el legado cultural de las sociedades americanas, africanas y asiáticas. En principio, tanto los objetos como los agentes que los habían diseñado fueron apartados de su campo de significación y, por ende, primó la lente europea tanto en su valoración como en su abordaje académico.A mediados de los años sesenta, cuando las disciplinas humanístico-sociales comenzaron a reconsiderar sus paradigmas de indagación e interpretación, y se propiciaron cruces interdisciplinarios, no sólo se promovió una actitud reflexiva desde las mismas sociedades productoras de esos ?objetos? que había sido considerados ?exóticos? y ?misteriosos? (Assmann 2010), sino que también se construyeron modelos para interpretarlos contextualmente. Para los años ochenta, los Estudios sobre la Cultura Material (Material Culture Studies) tuvieron un impacto importante en la Arqueología, en primera medida, porque iniciaron la discusión sobre los vínculos entre los objetos y los sujetos en una dinámica espacio temporal específicos. No obstante, dicho campo de estudios no quedó subsumido en un compartimiento disciplinar hermético, sino que, desde el comienzo, puso de relieve la interdisciplinariedad de los nodos y prácticas que operaban a partir del concepto de ?materialidad?. La noción de ?materialidad? significó en el desarrollo de la Arqueología un debate mayor sobre los objetos, ya que planteaba la inclusión dentro del universo ontológico del artefacto, por ejemplo, a ?lo efímero, lo imaginario, lo biológico y lo teórico? (Miller 2005: 4). En el campo de los estudios acerca de los paisajes funerarios y las prácticas comunitarias, la discusión acerca de si los entes materiales tienen agencia y en qué sentido esta condición impacta en el dualismo humano/no humano como base para comprender la acción, la intencionalidad, la producción y su impronta en el paisaje, entre otros tópicos, todavía permanece como una dimensión en construcción, ya que las producciones académicas aún tienen una concepción hegemónica centrada en la Filología y fáctico historicista desde un modelo descriptivo. A sabiendas de la imprescindible perspectiva inter y transdisciplinaria, nuestra propuesta considera que las prácticas desarrolladas por las sociedades del pasado podrían ser abordadas a partir de: i) la materialidad de sus fuentes escritas/documentales (considerando una aproximación epigráfica, paleográfica y/o iconográfica y, además, reconociendo el campo de significación de la ?cosa? portadora del mensaje no desde una mirada pasiva, sino también destacando su capacidad indiciaria) y de los objetos (en tanto productos del embodiment de los agentes humanos, pero también como propiciadores de campos de significación); ii) la construcción de espacialidades, sobre todo a partir de la (re-)utilización de lugares y la definición/significación de paisajes a partir de narrativas que conectan el mundo de los vivos y los muertos; y iii) agentes e interpretantes en los contextos de producción, circulación y/o apropiación de distintas materialidades, en sentido performativo (Turner 1987).En definitiva, el presente simposio invita a la reflexión sobre la trascendencia y el alcance del uso e interpretación de las distintas materialidades en la construcción y diseño de los paisajes funerarios en la antigüedad. De esta manera, el relevamiento y la discusión prima facie del registro arqueológico y la evidencia documental constituyen los primeros horizontes exegéticos que deben cotejarse con la respectiva contextualización y deconstrucción de las mencionadas fuentes, apelando a múltiples herramientas interdisciplinarias, las cuales deben ponderar las materialidades por medio de las que se expresaban las relaciones sociales en la antigüedad.
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