La reforma educativa durante el período 2003-2015 impulsó un cambió en la orientación de las políticas educativas nacionales caracterizadas por el resurgimiento de los derechos sociales a través del incremento de la inversión pública, la promoción de la unidad del sistema educativo nacional y el diseño y desarrollo de políticas sociales integrales. En este marco, fue sancionada en el año 2006 la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) N°26.150 resultante de la convergencia entre la lucha de movimientos feministas y socio-sexuales. La Ley busca apartarse del clásico abordaje biomédico y moral de los temas de género y sexualidad en la escuela, a través de la actualización de contenidos curriculares cuales proponen una mirada integral y transversal. No obstante, se han observado desde su sanción ciertas tensiones y nudos por parte de docentes en abordar los contenidos que la ESI exige. Hablar de ESI en el ámbito educativo tienda a relacionarse a las niñeces, siendo los niveles educativos inicial y primario. Las adolescencias y juventudes, teñidas de imaginarios sociales e institucionales, se las asocian como carentes de padecimientos o algún grado de vulnerabilidad durante sus trayectorias educativas. Con la implementación de la obligatoriedad de la secundaria, a través de la Ley nacional 26.206, la ESI logra incorporarse en los contenidos del mencionado nivel, encontrándose complejas y cambiantes situaciones. El presente resumen comparte los principales hallazgos de una investigación cualitativa, en el marco de la Maestría de Educación (UNLP), a través de entrevistas a equipos de conducción de escuelas secundarias del AMBA de la provincia de Buenos Aires, donde exponen sus experiencias y prácticas en los intentos de la implementación transversal de la ESI en las institucionales mencionadas. Palabras claves: ESI, escuelas secundarias, implementación.