Si bien muchos de los trabajos existentes se remontan a las formas de producción típica de la primera y segunda revolución industrial, es notorio que el desarrollo tecnológico actual está contribuyendo a la modificación de los puestos de trabajo tradicionales. A diferencia de lo que sucedía durante las revoluciones industriales de los siglos XIX y XX, donde la producción y el trabajo eran principalmente en masa, hoy en día la producción al igual que el trabajo parecen estar fundamentalmente orientados a la demanda. Estos cambios, posibilitan el surgimiento de nuevas formas de trabajos y nuevas formas de dirigirlo y organizarlo, provocando modificaciones en el rol de los trabajadores, en el rol de los empleadores y es propio de lo que se denomina cuarta revolución industrial. La cuarta revolución industrial o también conocida como revolución 4.0, tiene su origen a comienzos de este siglo y consiste en la fusión de diversas tecnologías y su interacción a través de plataformas físicas, digitales y biológicas. Esta cuarta revolución industrial, es principalmente a consecuencia de los cambios sociales y tecnológicos ocurridos en los últimos años y que la situación de pandemia mundial a raíz del COVID – 19 vino a apresurarla. Estos cambios posibilitaron nuevas formas de relación e interacción entre las personas y su entorno. En nuestro contexto existen variados ejemplos de trabajos característicos de la revolución 4.0. Es el caso de los trabajos mediados por aplicaciones móviles, o también conocido como economía colaborativa. Estas notables transformaciones presentan características y problemáticas propias que deben ser consideradas.A pesar de esto, y como consecuencia del COVID – 19 que obligó a que muchas organizaciones debieran adaptar su manera de trabajo al teletrabajo para subsistir a la fuerte crisis consecuencia de la pandemia, es que se registran propuestas de modificación a partir de mayo de 2020