Estas proposiciones quieren revisar viejos y nuevos pensamientos, que aunque narrados en primera persona, son el equipaje de un viaje nunca solitario... ¿Quién podría senti-pensarse docente e investigadora narrativa en soledad? Un viaje que acepta casi siempre los imprevistos, algunos cambios de rumbo y especialmente compañerxs apasionadxs. En este viaje donde hay un río y una nave, soy una argonauta que relatando es escriba antes que autora de estas proposiciones; en este río que es la profesión docente, y en esta nave –siempre en construcción- que habito/amos, es imperioso decir que también se trafican palabras, para que en su pasamanos las ideas nunca descansen. Frente a las palabras recurro al significado como resguardo y a los sentidos como aventura, pero además es una buena razón para volver a los griegos, que en mi caso es un ejercicio aficionado de por vida. Así, estas proposiciones pueden ser leídas en términos del vocablo tesis, del griego thésis como “acción de poner” derivada de “tithémi” “yo pongo” (estas ideas). Y fueron también los griegos quienes llamaron argonautas a sus héroes mitológicos que navegaron desde Págasas en busca del vellocino de oro, una hermosa metáfora para pensarnos como argonautas si de ríos y naves se trata, en busca del encuentro y el diálogo entre saberes que este congreso nos propone. Para comenzar, conviene no olvidar que la universidad pública argentina es -en su esencia- un lugar de hospitalidad: por ser laica, gratuita, co-gobernada y autónoma. Lugar en términos antropológicos, existenciales, de comunidades de práctica vitales y por ende en permanente estado de vibración. Desde aquí, enuncio algunas proposiciones a partir de unos pocos aunque imprescindibles puntos de vista para pensar en una pedagogía de la hospitalidad como el verdadero núcleo de necesidad de las universidades del siglo XXI, desde esta Argentina devastada y sin embargo en lucha: Los saberes: “ese oscuro objeto del deseo”, que hoy son más democráticos y circulan (además) sin los mediadores tradicionales del conocimiento. Lxs estudiantes, “huéspedes de paso” en su mayoría nacidos y criados en la Web (un no-lugar cuya esencia es el movimiento constante) son navegantes del mundo, profundos y superficiales a la vez. Lxs docentes, mayoritariamente apasionadxs por sus disciplinas, en proporciones diversas tienen (tenemos) respeto e interés legítimo por sus colegas, lxs estudiantes, la universidad y los saberes. El lugar de saberes y disputas (la universidad) es una nave que va... parece quieta “y sin embargo se mueve” entre/por comunidades de práctica variopintas, algunas nunca dejamos en la puerta quienes somos, de dónde venimos y qué soñamos ser como país. Y finalmente la hospitalidad, aquella que entre los griegos (otra vez) era la tessera hospitalis, una forma entre otras para re-conocer al otro. Como podrá observarse la pedagogía no integra el listado de puntos de vista, dado que me resulta un ejercicio un tanto muerto pensarla en sí misma y en cambio prefiero proponerla como una vibración entre saberes, estudiantes, docentes, lugar y hospitalidad.