El año de 1980 marca el inicio de las acciones en la Costa Chica por la recuperación de una tradición musical olvidada hacia mediados del siglo XX: el fandango de artesa. Desde la década de los 80, académicos, investigadores, promotores culturales, organizaciones y asociaciones civiles, así como músicos y bailadores y bailadoras, entre otros más, se dieron a la tarea de fomentar la recuperación de esta música en dos localidades costachiquenses, San Nicolás Tolentino (Guerrero) y El Ciruelo (Oaxaca); ardua empresa que pese a numerosos obstáculos, hoy ha dado grandes frutos. Pasados los años, la agrupación de fandango de artesa de San Nicolás se vuelve pionera y blasón, mientras que la de El Ciruelo sobresale por su intensa actividad, su ímpetu y la continua labor de composición de nuevas piezas musicales de la pluma de Primitivo Efrén Mayrén Santos. En el inicio del Decenio de los Afrodescendientes, y que coincide con más de tres décadas de emprendido el proceso de revitalización de esta música, conviene reflexionar y sopesar el camino (llano o con abrojos) recorrido hasta ahora.