Este trabajo explora el papel del teatro Colón de Buenos Aires (1857) en los procesos de reforma de la sociabilidad urbana y en la configuración de un público moderno. Se examinan los proyectos edilicios que planificaron un tipo de sociabilidad teatral regulada, las representaciones sobre la cultura como instrumento de reforma moral y las prácticas de contención afectiva promovidas en el nuevo espacio escénico. La investigación se apoya en críticas musicales y de costumbres, comunicados oficiales y proyectos arquitectónicos, desde perspectivas de historia cultural atentas a las articulaciones entre espacio, comportamiento, emoción y disciplina social. Conceptualmente, se asume que las prácticas teatrales y musicales funcionaron como dispositivos de modelación social y afectiva, orientados a la conducción de las conductas y a la formación de sujetos urbanos modernos. Este enfoque se sostiene en la noción de civilización de las costumbres de Norbert Elias (2016), en los aportes de Pierre Bourdieu sobre habitus y prácticas culturales, y en la propuesta de Monique Scheer (2012) que concibe las emociones como prácticas incorporadas y socialmente situadas. Desde esta perspectiva, el teatro Colón se aborda como un escenario de civilidad donde se condensaron las tensiones entre disciplina y disfrute, regulación y experiencia.